Skip to main content

Nuestra experiencia en la implementación de oficinas de gestión, nos ha permitido entender de mejor manera por qué, una característica tan propia y natural del ser humano como es la innovación, es rechazada de forma estigmatizada en las organizaciones.

Qué es una Innovation Management Office (IMO)

A nivel conceptual, una Innovation Management Office (IMO) u Oficina de Gestión de la Innovación es un área o departamento dentro de una organización dedicado a gestionar de forma sistemática y estratégica la innovación. Su función principal es impulsar, coordinar y supervisar proyectos y actividades que promuevan el desarrollo de nuevas ideas, procesos, productos, servicios o modelos de negocio, todo ello alineado con los objetivos estratégicos de la empresa.

Una IMO se relaciona y comparte metodologías, técnicas y herramientas comunes con otras oficinas de gestión, como PMO (Project Management Office) o CMO (Change Management Office).

Por qué implementar una IMO

Para identificar la necesidad de implementar una Innovation Management Office, se pueden observar una serie de indicadores que evidencien carencias o áreas de oportunidad en cuanto a innovación y desarrollo. Algunos de los principales indicadores clave que sugieren la pertinencia de establecer una IMO son los siguientes:

  1. Mercado y Competitividad: En casos donde existe una pérdida de participación de mercado, debido a que los competidores ofrecen soluciones más innovadoras, si la organización no lanza productos o servicios novedosos con regularidad. O en el caso de que la industria experimenta transformaciones tecnológicas o cambios en la demanda de los clientes, y no se logra responder con la misma rapidez que los competidores.
  2. Financieros y de Crecimiento: Por ejemplo, si el porcentaje de ingresos que proviene de productos/servicios lanzados en los últimos 2-3 años es muy bajo o tiende a disminuir, si se cuenta con un ROI limitado de proyectos de I+D, o si se genera una disminución de la rentabilidad en productos existentes.
  3. Culturales y Organizacionales: Algunos indicadores que evidencian la necesidad y posibilidad de implementar mejores prácticas de gestión de la innovación son, por ejemplo: en los casos donde existe falta de colaboración y silos internos, ausencia de procesos formales de innovación, resistencia al cambio, o baja motivación o compromiso de los empleados.
  4. Procesos y Eficiencia: Cuando existen largos tiempos de lanzamiento al mercado (Time to Market), procesos de innovación improvisados, o baja tasa de éxito en proyectos piloto.
  5. Relación con el Cliente y la Cadena de Valor: Cuando existe una desconexión de las necesidades del cliente, poca colaboración con aliados externos, o se obtiene retroalimentación negativa de parte de los clientes (en encuestas de satisfacción, por ejemplo).

Cuando varios de estos indicadores se vuelven relevantes al mismo tiempo o se mantienen en el tiempo sin mejora, el riesgo de estancamiento e irrelevancia en el mercado aumenta. Es en este contexto que la creación de una Innovation Management Office (IMO) cobra sentido.

La innovación debe ser canalizada y gestionada para el beneficio de las organizaciones, en contra de la creencia generalizada de que éste es un término exógeno y no intrínseco a la naturaleza humana.

Por qué NO implementar una IMO

Aunque exista la necesidad de innovar, hay ocasiones en que las circunstancias internas o externas de la organización pueden indicar que no es viable o factible (al menos en el corto plazo) la implementación de una Innovation Management Office (IMO). Estos son algunos indicadores y factores que pueden sugerir que la creación de una IMO no es aconsejable o no tendría éxito en un momento dado:

  1. Falta de Apoyo desde la Alta Dirección: Si existe una baja priorización de la innovación a nivel estratégico,  una resistencia cultural en la capa directiva, o una falta de presupuesto asignado para la gestión de la innovación.
  2. Falta de Recursos y Capacidades Internas: Si existen carencias severas en el talento interno, limitaciones presupuestarias extremas, o problemas graves de infraestructura o tecnología.
  3. Cultura Organizacional Contraria a la Innovación: Cuando la cultura tiene una alta aversión al riesgo, existe una estructura funcional muy rígida o burocrática, o existe una cultura de individualismo y de silos extremos.
  4. Falta de Claridad en la Estrategia y Objetivos del Negocio: Si no hay un norte estratégico claro, con objetivos del negocio ambiguos o inexistentes, si existe un constante cambio de prioridades, o una ausencia de mercado o demanda clara para nuevos productos/servicios.
  5. Situaciones de Crisis o Reestructuración Profunda: En los casos cuando la prioridad de la empresa es reducir costos o saldar deudas, debido por ejemplo a una crisis financiera, si se está en proceso de reestructuración o fusión, o existen tensiones internas o conflictos laborales.
  6. Falta de Madurez en Procesos Básicos: Si la empresa no cuenta con procesos formales de control de calidad, gestión de proyectos o medición de resultados, si no existe un modelo de gobierno corporativo, o se cuenta con una baja capacidad de digitalización y analítica de datos.

Aunque la necesidad de innovar pueda estar presente, estos indicadores reflejan condiciones desfavorables que hacen que la implementación de una IMO sea inviable o poco factible.

Conclusiones

Que la innovación debe ser canalizada y gestionada para el provecho de las organizaciones es una idea que debe cobrar fuerza, frente a la resistencia a los cambios y la creencia generalizada de que la innovación es un término exógeno y no intrínseco a la naturaleza humana.

Dada nuestra experiencia, podríamos decir que las condiciones culturales existentes son un elemento principal de fracaso (o éxito) en la implementación de una oficina de gestión, pero también existen otros indicadores clave.

La falta de un norte a nivel gerencial, redunda principalmente en la poca claridad de la estrategia y objetivos de la organización, así como también en la falta de apoyo desde la alta dirección para implementar la gestión de la innovación.

Considerando el escenario que hemos visto, podemos inferir que la existencia de una IMO funcional en una organización es un indicador de su nivel de madurez, tanto en lo estratégico como cultural.

Una buena práctica es que, previo al diseño de una IMO, debe realizarse un estudio de factibilidad, que identifique las problemáticas principales y evalúe las posibilidades de implementación, entregando además recomendaciones de trabajo que permitan a futuro la implementación exitosa de una IMO.